domingo, 15 de abril de 2012

Los medios pierden pudor ante los mastodónticos batacazos de la monarquía española.

El rey se va a Botswana sigilosamente a cazar elefantes y se rompe la cadera. A las 10 horas la casa real se ve obligada a comunicarlo a través de una breve nota en su web, y entonces salta la chispa que destapa el secreto. Las redes sociales, y sobre todo Twitter, arden de nuevo y los medios se lanzan a la caza de la noticia. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué se ha roto la cadera? ¿Qué hacía en Botswana?...

Y entonces, a medida que pasan las horas, se van conociendo detalles y, sobre todo, sale a la luz esta FOTO:






El rey de España y un acompañante (que según un espeluznante vídeo que ha publicado El Periódico, se trata de un tal Jeff Rann, propietario de Rann Safaris, compañía que organizaba el tour), rifle en mano, ante un elefante que, presumo por su posición, su ojo semicerrado, la trompa echa un nudo, está muerto, en un safari de 2006, según cuentan algunas fuentes. La foto en sí, genera sorpresa y, en muchos casos, repulsión. Y el rechazo social es contundente, por lo inconcebible del asunto:
1. Matar elefantes es una diversión casi inconcebible desde el punto de vista medioambiental (no olvidemos que su majestad en presidente de honor de WWF, entidad que, por cierto, se ha apresurado a emitir un comunicado alegando que lleva 50 años protegiendo al elefante de su caza furtiva). 
2. Es una actividad costosa, un lujo inconcebible que el representante de una sociedad ahogada por la crisis económica y social no se debería permitir 
3. De forma inconcebible, se produce además el accidente el día del aniversario de la 2ª República, lo cual agrava más el sentimiento antagónico hacia su persona y el sistema monárquico.
Hoy, afortunadamente, de nada sirve el secretismo. Todo se sabe, y por mucho que se quiera ocultar la información, ya no es posible mantenerla escondida. Así que, aunque Rann Safaris se haya apresurado a cerrar su web, la foto se replica y se multiplica a cada segundo acompañada de comentarios ácidos y sarcásticos. Comentarios que vienen aderezados además con el repaso de los escándalos más recientes de la familia, desde el disparo en el pie de Froilán, hasta el caso Urdangarín, pasando por los deslices falderos del  rey a lo largo de su vida... Y poco a poco, lo que parecía algo totalmente imposible, empieza a cambiar: los medios empiezan a perder el miedo a hablar de los deslices y las miserias de la realeza española. 

¿Cómo podemos saberlo? La publicación de la foto, en este caso, es un buen indicador. Si repasamos las portadas del día de la prensa nacional, vemos que, si bien ABC o La Vanguardia, no la publican, sí lo hacen los otros 2 diarios de tirada nacional y de carácter políticamente opuesto:

    

Y en la televisión, por ejemplo, mientras que Antena 3 se refiere a que "su majestad estaba en un viaje privado a África" sin hacer referencia al motivo, otras cadenas como TVE, la SextaTele5 o la Cuatro, sí se hacen eco del asunto publicando en todos los casos la susodicha foto y permitiéndose el lujo de opinar sobre la misma.

Está claro que la monarquía española, al igual que el resto de monarquías europeas, empiezan a ser blanco de comentarios y chascarrillos incluso por parte de los medios de comunicación que, como he comentado más arriba, empiezan claramente a perder el celo a hablar sobre todo lo que acontece a su alrededor dejando de tener el estatus de seres casi celestiales e intocables.

Y mientras escribo este post aterrizo en un artículo de la revista TIME, que curiosamente fue publicado hace tres días, que se titula "No es el mejor momento para ser Rey de España" y que corrobora lo que acabo de comentar. Afirma que "durante décadas, los Borbones han evitado la clase de censura y escrutinio públicos que han acosado a otras monarquías europeas", como "posibles amantes, o fraudes económicos, o encuentros poco apropiados con jeques árabes o, siquiera, una afición especial a las píldoras adelgazantes", y continúa indicando que "la actitud de España hacia la monarquía en general está cambiando" si bien "existe una voluntad de aceptar la figura del Rey como un salvador de la democracia" que, según un historiador de la  Universidad de Zaragoza Julián Casanova" jamás ha sido objeto de críticas públicas".

Este historiador tenía razón hace tres días. Sin embargo HOY, día 15 de abril de 2012, podemos afirmar con rotundidad que el rey Juan Carlos I de España, ha roto algo más que su cadera con ese batacazo de elefante. Ha roto su integridad pública. Y, por fin, los medios, han perdido EL PUDOR para contarlo tal y como es.

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