sábado, 2 de julio de 2011

Flashes de infidelidades que se censuran para polemizar y perdurar

Han llegado todas a una. Las agencias de infidelidades han decidido probar suerte en España tras acaparar un éxito avasallador en EEUU o los países nórdicos . Y parece que no les va nada mal. Empezaron hace dos meses Victoria Millán y Second Love, y hace dos días aterrizó de forma contundente la líder americana, Ashley Madison, entidad que allí tiene más de 10 millones de usuarios y usuarias (con una presencia de un 70-30% respectivamente). ¿Cómo? Invirtiendo 3 millones de euros en publicidad. Sin embargo la empresa se ha encontrado con una grata sorpresa: que con la misma inversión van a obtener casi 100 veces más notoriedad, debido al rechazo por parte de los mismos medios.

A modo de ejemplo, y dejando aparte la conveniencia de publicitar un servicio como éste (algo a lo que hago referencia al final) os contaré por que:

1. La empresa había escogido las privadas La Sexta, Antena 3, Cuatro y Telecinco para emitir en prime time su spot, pero las tres últimas rechazaron contundentemente hacerse responsables de su emisión, algo que ha aprovechado la agencia para contarlo a los cuatro vientos y bastantes medios de comunicación daban fe del asunto dando enlaces a diestro y siniestro de dicho spot (ya se cuidó la prensa que no era del mismo grupo de comunicación de no decir ni mu).



2. El Cartel de la Gran Vía de Madrid, en el que aparecen el rey Juan Carlos I, el príncipe Charles y Bill Clinton como paradigmas de la infidelidad, ha sido, sin lugar a dudas, la estrategia mejor para crear polémica. Me apetece encontrar a la agencia que lo planificó y saber si lo tenían todo calculado al milímetro(algo que iniciaré el lunes), pero lo cierto es que la lona, les ha salido baratísima. Obsérvese la lona el día 30 de junio (fotografía de elmundo.es) y abajo una extraída de un post de Twitter (@DavidLinares) dos días más tarde (o sea hoy), en la que ya no está. Dos días les ha bastado para generar polémica acerca de la conveniencia o no de colocar la cara del Rey (parece ser que pasó el baremo de Autocontrol de la Publicidad), o acerca de si es ético anunciar la infidelidad. Y aunque el anuncio ya no esté, está claro que es la agencia que más ha dado que hablar(Público) y hablar (El País), y, por tanto la que más fuertemente se ha posicionado.



Sin ánimo de entrar en polémica acerca de si es conveniente o no anunciar un servicio como este, hay una cosa totalmente cierta: el servicio triunfa porque se dirige a un segmento de la sociedad que existe, que es real, que es numeroso y que en general ha vivido durante años de subterfugios en todos los medios posibles, y desde hace algunos años, en la misma red.

Yo por mi parte, dejaré en la mesa las preguntas de rigor e intentaré, como siempre, extraer más información, pero, como siempre, el debate está servido :)

¿Es lícito publicitar un sitio que es legal, que promueve valores negativos como la mentira, pero que es rentable porque tiene un público muy numeroso?

¿Se puede usar imágenes de personas que han sido previamente estigmatizadas para fines comerciales?

¿Hasta qué punto son conscientes los medios de comunicación de dar cobertura a acontecimientos que ayudan a conseguir fines comerciales?

SI PODEMOS, en breve, habrá respuestas :)





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