lunes, 20 de febrero de 2012

El lenguaje sobre los recortes en la ciencia

El mundo científico es, de por sí, complejo y en general se encuentra en un limbo aislado de la sociedad. El colectivo de profesionales de la investigación es el que, teóricamente, debe dar respuesta a muchas cosas. Lo que dicen los "científicos" va a misa, y su opinión es, en muchas ocasiones, la razón en la que se basa la toma de decisiones de políticas de diversa índole (que si la píldora del día después, que si el atún rojo, que si el trasvase del Ebro...). Hoy sin embargo, es este colectivo en sí mismo en España, el que está herido de muerte, y es el punto de mira de algunos medios de comunicación.

Se podría ahondar en datos de lo más variopinto y que son motivo de grandes quejas, como el hecho de establecer que un equipo es mejor que otro sencillamente por disponer de más recursos, independientemente de la capacidad de "producción" (m2 de lab-personal-dinero invertido) o de la línea de trabajo que estén realizando. Pero en Canal Comunica no nos toca evaluar la política que se está llevando a cabo. Lo que queremos analizar aquí es el lenguaje que se usa para anunciar este tipo de política y el uso sesgado de la información que se emite para justificar esos recortes.

Pero vayamos al grano. El pasado 31 de enero el diario La Vanguardia lanzaba una editorial titulada "La poda del árbol de la ciencia", un escrito de 3 párrafos que terminaba así:

Así las cosas, parece razonable afinar el discurso sobre la ciencia en España. Hasta ahora se aseguraba que el fomento de la ciencia es una gran cosa, allí donde se solicitara. Ahora va abriéndose paso un discurso más matizado, más exigente, que sugiere primar la calidad sobre la cantidad e intenta favorecer los proyectos más ambiciosos y eficaces sobre aquellos que no lo son tanto. Quizás haya llegado la hora de podar el árbol de la ciencia. Para que crezca más fuerte.

Si la editorial de un periódico es un artículo en el que se analiza, se interpreta y se valora algún hecho concreto de actualidad, es decir, es la opinión del diario con respecto a una noticia, es evidente que La Vanguardia se ha posicionado justificando los recortes en la investigación y la adquisición de conocimiento, como un hecho en el que tiene que primar la rentabilidad (qué significa si no, que un proyecto científico sea ambicioso y eficaz). Lo que queremos resaltar hoy aquí es el empleo del apelativo RENTABLE, un adjetivo muy usado en estos momentos para justificar casi todas las acciones políticas que apuntan a la austeridad, en el ámbito de la ciencia y del conocimiento. ¿Cuándo la investigación científica es rentable? ¿Es acaso cuando se generan patentes que dan beneficios a corto plazo a algunas compañías? El neurocientífico Arturo Álvarez-Buylla cuando recibió el premio Príncipe de Asturias 2011 afirmó en defensa de la investigación básica sin aplicación y rentabilidad inmediata: "No es posible ser ignorante y querer curar", dando a entender que el gran problema de la rentabilidad de los descubrimientos es que no pueden ser palpables inmediatamente.

A modo de respuesta a la política de "poda de la ciencia", como afirma y, en definitiva, avala, esta editorial a la que hacíamos mención, y de la que la prensa en general ya se hizo eco en diciembre (en artículos de El Mundo o  El País, entre otros), la prestigiosa revista internacional NATURE, en su editorial del mes de febrero, da voz a Amaya Moro-Martín, portavoz de la plataforma Investigación Digna e investigadora del Centro de Astrobiología en Madrid, exponiendo de forma muy clara que llevar a cabo estos recortes es un suicidio científico que impedirá a España, no solamente alcanzar la media europea en I+D, sino quedarse a años luz de alcanzar el objetivo de gasto del 3% impuesto por la UE en 2010, la cual ha empezado ya a tirar nos de las orejas por el tijeretazo de 600 millones de euros.

La ciencia, para que sea factible en España, debe ser rentable. Pero está claro que la rentabilidad en la ciencia se obtiene a largo plazo. Entiendo que a la hora de transmitir y dar a entender al gran público las razones de ser de las políticas de austeridad en el ámbito científico, se hable de proyectos más AMBICIOSOS Y EFICACES, pero no omitamos que la ciencia es conocimiento, y que muchos de los descubrimientos que se han llegado a hacer y han cambiado el mundo están basados en años y años de trabajo. Usemos otros apelativos, informemos de cómo se investiga y cuáles son los criterios reales por los que se recorta, digamos que no hay dinero, pero no hablemos de rentabilidad, porque como decía el Sr. Álvarez-Buylla, la rentabilidad, en ciencia, viene a largo plazo.

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